“¡Allá los teneís! , considerad el insulto que hacen a la soberanía de nuestra patria al navegar, sin más título que la fuerza, las aguas de un río que corre por el territorio de nuestro país. ¡Pero no lo conseguirán impunemente! ¡Tremola en el Paraná el pabellón azul y blanco y debemos morir todos antes que verlos bajar de donde flamea! Cuando la banda comenzó los acordes del himno, este fue coreado con inenarrable emoción. Nunca se dijo con tanta fuerza el último verso del estribillo:¡O juremos con gloria morir!
Fue al despuntar el día 20 de noviembre de 1845, cuando el General Lucio Norberto Mansilla, nuestro cuarto abuelo, momentos antes de iniciar el combate, enfervorizó a sus soldados con aquellas soberbias palabras, no recogidas todavía por el bronce. El mismo río, que en fecha memorable espejo por primera vez la bandera de Belgrano, iba a ser testigo de una gloriosa hazaña. Pocos kilómetros al norte de San Pedro, en el recorrido llamado Punta o Vuelta de Obligado, tendría lugar el histórico acontecimiento.
Al cumplirse un nuevo aniversario de la que hoy se denomina “La Batalla de la Soberanía”, hemos querido recordar a todos tan magno acontecimiento y a quién le cupo el honor de conducir las tropas y nos dejó magnífico relato de dicha batalla.
A raíz de Obligado, el nombre argentino fue puesto en todas las bocas; la prensa de todos los países civilizados comentó con admiración la firmeza americanista de Juan Manuel de Rosas frente a la intrusión. Y aún los propios compatriotas de los invasores, a través de muchos de sus voceros, se hicieron eco elogiosamente del valor argentino.
¿Quién era Lucio Norberto Mansilla, el jefe que dirigió las fuerzas de la Confederación en esa inolvidable jornada? Un veterano de la Independencia, de 53 años, natural de Buenos Aires, a la que defendió en las Invasiones Inglesas siendo casi un niño bajo las órdenes de Liniers. Poco después lucho junto al infatigable José Gervasio Artigas para desalojar a los portugueses de la Provincia Oriental, y ese no fue su único aporte en tal sentido: intervino en el Sitio de Montevideo, al lado del general José Rondeau y por fin, en las filas del comandadas por el coronel Domingo French, , fue de los que tomaron En aquella mañana, que puede incorporarse por derecho propio a los grandes fastos nacionales. José de San Martín, siempre por encima de los partidismos, le atribuyo a la resistencia de Obligado tanta importancia como a la gesta que nos emancipó de España. Pero los que vinieron después, si bien respetaron en cierto modo al Libertador, no se inspiraron en su conducta: la historia oficial siempre estuvo envenenada de partidismo. Por eso durante años el 20 de noviembre transcurrió inadvertido para el país: la escuela lo ignoró; la prensa no se hace eco de aquellos marciales clarines, ni de las baterías que atronaron el espacio desde las barrancas del Paraná.
Sin embargo la verdad triunfa siempre. La historia es una ciencia y el esclarecimiento documentado - que hoy avanza en gran escala - determinará el inevitable reconocimiento.
Este montaje es un reconocimiento al General Lucio Norberto Mansilla. Debieran considerar las autoridades nacionales, la incorporación de su imagen en nuestros billetes de pesos veinte. |
Hoy afortunadamente todos los argentinos tenemos un mejor conocimiento expresado entre otras cosas por el monumento erigido a la memoria de Juan Manuel de Rosas y por la emisión del billete de pesos veinte que a diario nos recuerda esta epopeya, pero fundamentalmente porque los dirigentes con no poca dosis de sabiduría han entendido que mas allá de las ideologías o las pasiones que despierta la figura de Juan Manuel de Rosas, su firme política de defensa de nuestra soberanía, que fue respaldada con heroísmo por nuestros hombres de entonces, nos hizo acreedores a la admiración de América y al respeto del mundo.
Extraído en parte de un artículo publicado por el historiador Don Francisco Hipólito Uzal, en la Revista Todo es Historia, Año II, Número 19, publicado en el mes de noviembre de 1968