domingo, 28 de octubre de 2007

Rosas en Southampton



Sabido es que tras haber sido derrotado en la batalla de Caseros, Juan Manuel de Rosas, el hermano de nuestra cuarta abuela Agustina, zarpó a bordo del "Conflict" rumbo al puerto inglés de Plymouth, acompañado de sus hijos Manuelita y Juan Bautista. Luego de una breve permanencia allí, partieron hacia Southampton, donde el ex-dictador, tras alojarse en un hotel, alquiló una casa grande en Rockstone Place. Allí vivió decorosamente, recibió visitas distinguidas, como las del célebre poeta y dramaturgo español Ventura de la Vega, y procuró desarrollar actividades que no le hicieran olvidar del todo los paisajes y costumbres de su tierra.

Le llegaban frecuentes noticias de Argentina, en especial de Buenos Aires, cuya legislatura, en julio de 1857, lo declaró "reo de lesa patria" y le confiscó todos sus bienes. No se amilanó y redactó una protesta que hizo traducir al inglés y al francés y que enseguida publicó. Por entonces arrendó una finca rural, Burgess Street Farm, cerca de aquella ciudad, en el lugar de Swathling.

Su amada Manuelita vivía en Londres con su esposo Máximo Terrero y don Juan Manuel la visitaba asiduamente, cierta vez, un 17 de octubre de 1857 fue invitado a una reunión en la residencia del Cónsul de la Confederación Argentina, mister Dickson. Allí conoció al ministro plenipotenciario ante Francia y Gran Bretaña, su otrora tenaz opositor Juan Bautista Alberdi. Se dieron la mano y se apartaron para conversar largamente. El diplomático y publicista dejó para la posteridad el relato de aquel momento. Cuando entró en la casa, Rosas "hablaba inglés con las damas; mal, pero sin detenerse, con facilidad" Luego, los antiguos adversarios conversaron sobre la política porteña y acerca de las modalidades de la vida británica. La plática no excluyó las comparaciones entre los caballos criollos e ingleses. El exiliado le contó que no tenía dinero y que pasaba por una situación económica difícil, pero que en cambio había llevado a Gran Bretaña en cuya autoridad descansaba.

El autor de las Bases lo retrató con breves y certeras pinceladas, destacando su jovialidad y el modo como se desenvolvía en sociedad, con "la fácil y suelta expresión de un hombre acostumbrado a ver desde lo alto el mundo"

Mientras don Juan Manuel se encontraba en la capital inglesa, la esposa e hijo de Carlos Ohlsen, comerciante de Buenos Aires y activo corresponsal del presidente Justo José de Urquiza, pasaron por Southampton y quisieron verlo. No lo lograron pero recabaron los datos que, apenas vueltos al Plata, don Carlos se apresuró a transmitir al primer mandatario. La carta, que copiamos hace muchos años en el Archivo General de la Nación (archivo de Urquiza) expresa: "Mi señora, antes de su salida, estuvo en la quinta del general Rosas, quien se hallaba en Londres por algunos días, y por consiguiente estuvo privada de verlo, pero como los sirvientes son escoceses algunos, vio la quinta en que vive, que por su apariencia es muy poco lujosa.

"Allí se hallaban los portones cerrados, y se anda con cualesquiera persona que pretenda visitarlo. Parece que tiene un ama de llaves que lo cuida muy atentamente, y que tiene reputación por allá este señor de ser muy aficionado al bello sexo. Dicha quinta se encuentra a escasas dos leguas de la ciudad, y allí parece se halla entregado a la vida del labrador, mejor diré a la crianza de animales. Állí es conocido por "General Rosas". Si se pide por Rosas nadie da razón, pues le llaman el "general Ross", the Brazilian refugee", que quiere decir el refugiado brasileño.
Posiblemente, ésta y otras referencias impulsaron al antiguo lugarteniente de don Juan Manuel Rosas, y luego primer mandatario constitucional argentino, a escribirle varias cartas, muy conocidas, por cierto, en las que éste le reconocía "servicios cuya gloria nadie puede arrebatarle y sono los que se refieren a la energía con que siempre sostuvo los derechos de la soberanía e independencia nacional" ( 24 de agosto de 1858), y en las que le narraba aspectos de la dura confrontación de la Confederación Argentina con el Estado rebelde de Buenos Aires ( 27 de diciembre del mismo año)

Rosas le agradeció las nobles palabras de la primera misiva y subrayó que gracias a Urquiza no vivía en la miseria; que su delicadeza le impedía aceptar la ayuda económica que le ofrecía pero que lo dejaba "en completa libertad" para obrar "según mejor le pareciera o fuese más conforme a sus principios, sus vistas y sus deseos, a su política o a su marcha pública"

Le correspondería al ex dictador vivir en Gran Bretaña el ocaso de don Justo en Pavón, conocer las alternativas posteriores de aquella batalla ( 17 de septiembre de 1861 ) y recibir la noticia de su asesinato, el 11 de abril de 18710, a manos de una partida revolucionaria que respondía a las órdenes del general Ricardo López Jordán.

Casi siete años mas tarde, el 14 de marzo de 1877, el anciano general Ross, que hasta poco tiempo atrás galopaba por las cercanías de su casa de campo, moría muy lejos de la Argentina que por mucho más de un siglo pareció fiel a la consigna de circunstancias del poeta unitario José Mármol, "ni el polvo de tu huesos, la América tendrá", hasta que finalmente los recibió en su seno.


NOTA: Artículo extraido del libro titulado "La patria, los hombres y el coraje" Historia de la Argentina Heroica, cuyo autor Miguel Ángel De Marco, publicó en la editorial Planeta, en Buenos Aires, en el año 1998.












2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me pareció muy interesante!!
Muchísimas gracias Manolo por ocuparte.
Carmen Delfino

Unknown dijo...

Mil gracias por trabajar tánto! los analfabetos históricos te lo agradeceremos siempre! así los peques se van enterando de nuestra historia.
un abrazo,

Alejandro Burgaleta

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